viernes, 28 de diciembre de 2012

¡Los rinogrados no se han extinguido!

2012 ha sido el año de una sensacional noticia criptozoológica.

En 1998 nos hacíamos eco de la desaparición de los rinogrados, un extraño grupo de mamíferos caracterizados por presentar una nariz extraordinariamente desarrollada. Su descubrimiento en los Mares del Sur, en 1941, supuso una noticia desconcertante para muchos biólogos. En efecto, el estudio de la morfología, comportamiento y ecología de estos animalitos, endémicos de las islas Ayayay, llevó a la definición de un orden particular de mamíferos, el de los Narigudos. En 1956, una prueba atómica secreta provocó un cataclismo que destruyó por completo el archipiélago y tuvo como consecuencia la desaparición de los rinogrados y de la biota insular asociada, así como de todos los investigadores del Instituto Darwin en Mairúvili encargados de su estudio. 

Figura 1
Por suerte, el Profesor Harald Stümpke (seudónimo de Gerolf Steiner, zoólogo de la Universidad de Karlruhe) había redactado un pequeño tratado sobre los rinogrados, que fue publicado en alemán por Gustav Fischer en 1961. La versión en francés editada por Masson vio la luz en 1962 y la edición americana de Chicago University Press en 1967. En su prefacio de la edición francesa, el eminente Pierre-Paul Grassé, profesor de la Sorbona de París y editor del famoso Traité de Zoologie, consideraba que el descubrimiento de los narigudos era una de las mayores gestas en la historia de la Zoología: “El libro de Harld Stümpke no solo aporta hechos nuevos, insospechados, sino que invita al Hombre de ciencia a reflexionar sobre las causas profundas de la diversificación de los seres vivos en nuestro planeta, sobre el motor mismo de la evolución. La patabiología se muestra en todo su esplendor”.

Los rinogrados son seres de pequeño tamaño, recubiertos de pelo, que ocupan una gran diversidad de nichos ecológicos. Ya hemos dicho que se caracterizan por el gran desarrollo del nasario (u órgano nasal). Éste puede ser simple o múltiple y desempeña funciones muy diversas. Con excepción de la forma ancestral Archirrhinos, la nariz es el órgano locomotor de los rinogrados. Los miembros posteriores están generalmente reducidos, mientras que los anteriores se han transformado en órganos prensiles para manipular los alimentos. La cola puede adoptar formas aberrantes: en Emunctator se termina en una garra provista de una glándula venenosa, mientras que en Cephalanthus sirve para fijarse en el sustrato. 

Figura 2
La clasificación sistemática de los rinogrados está basada en la forma y función de la nariz. Steiner distinguió un total de 138 especies, reunidas en 28 géneros y 15 familias. Algunos narigudos son sésiles, otros han desarrollado la facultad de saltar -como los saltonáceos-,  y uno de ellos (Otopteryx volitans) es incluso capaz de volar. Muchos rinogrados son insectívoros, pero también se conocen formas vegetarianas, sobre todo frugívoras, y una especie carnívora (Tyrannonasus imperator). Entre las formas altamente especializadas, algunas son acuáticas y se alimentan de plancton, otras tienen un modo de vida excavador. Steiner describe además casos de simbiosis y parasitismo entre los rinogrados. 

La rinogradología es una rama de la Patabiología, que algunos han querido incluir dentro de la Criptozoología, mientras otros defienden que comparte los mismos principios metodológicos que la Fantazoología. Discusiones metafísicas aparte, el estudio de los rinogrados ha movilizado a un selecto grupo de zoólogos, cuyas especialidades van de la embriología a la sistemática, de la anatomía a la ecología, y de la fisiología a la filogenética. Además de Steiner y Grassé, otros eminentes rinogradólogos son los profesores J. Bromeante y L. Bouffon, ambos autores de trabajos de renombre. 

Figura 3
En 1978 se descubrió un esqueleto de Otopteryx volitans en las colecciones del Museo de Ginebra. El ejemplar fue inmediatamente expuesto al público. Tres años después, se hallaban (y disecaban) los restos de un Emunctator sorbens en el Museo de Estrasburgo. En 1984, un paleontólogo aficionado anunció el descubrimiento en una caliza del Cenomaniense de Normandía de restos fósiles pertenecientes a Otopteryx, lo que confirma que la evolución de los rinogrados se remonta hasta el Cretácico, hace unos 100 millones de años. Poco después, las obras con motivo de la renovación de la Gran Galería de la Evolución en París permitieron descubrir varias cajas con ejemplares de rinogrados recolectados por Bouffon en las Islas Ayayay. El primer intento de filogenia molecular realizado por el genético Pierre Darlu en 1992 no es concluyente, de modo que aún desconocemos si los rinogrados estaban más estrechamente relacionados con los roedores, los proboscídeos o los marsupilamis. 

Figura 3
En 2012 se han dado a conocer los últimos avances en rinogradología. El primero y más increíble ha sido el hallazgo de tres nuevas especies de narigudos en muestras botánicas recogidas en 2006 durante la expedición a la Isla Espíritu Santo en el Pacífico, lo que demuestra que estos seres no se han extinguido. Las tres especies pertenecen al género Nasoperforator. Su estudio indica que se trata del primer vertebrado xilófago conocido. Una hipótesis para explicar la dispersión de Nasoperforator es que utilizaron como medio de transporte los barcos que visitaron antaño el archipiélago de las Ayayay (dicho sea de paso, hay que afirma que este rinogrado sería el responsable del naufragio del Conde de La Pérouse, desaparecido en 1788). Para celebrar el descubrimiento, una exposición dedicada a los rinogrados abrió sus puertas el 1 de abril de 2012 en el Museo de Historia Natural de París. Coincidiendo con la misma, se ha publicado una nueva edición en francés del libro de Steiner, que conserva el prólogo de Grassé y cuenta además con un complemento de Guillaume Lecointre, profesor del Museo de París, y una bibliografía puesta al día. 

Hasta la fecha, el tratado de Steiner ha sido editado en un puñado de idiomas. A la espera de una traducción en castellano y otras lenguas de nuestro entorno, deseamos una larga vida a los rinogrados y a quienes los estudian. 

Xabier Pereda Suberbiola & Nathalie Bardet (corresponsales de El Vinosaurio en París)

Referencia

Stümpke H. (2012). Anatomie et Biologie des Rhinogrades. Ed. Dunod, París, 136 pp. (en francés). 

Enlaces de interés

Vídeo (en francés) sobre el reciente descubrimiento de nuevas especies de rinogrados:
http://vimeo.com/channels/mnhn/39485501

Vídeo (en castellano) sobre los rinogrados:


Información sobre la exposición dedicada a los rinogrados en 2012 en el Museo de Historia Natural de París: 


Versión en inglés del libro sobre los rinogrados:


Figuras: Figura 1. Portada de la nueva edición en francés del libro sobre los rinogrados (Ed. Dunod, París, 2012). En la misma se observa una pareja de Nasobema lyricum (un adulto con su cría).

Figura 2. Dibujo del rinogrado volador Otopteryx volitans utilizado en la exposición organizada por el Museo de Historia Natural de París en 2012. 

Figura 3. El saltonáceo Hopsorrhinus aureus y su técnica de salto hacia atrás. 

Figura 4. Comparación de los diferentes tipos de nariz según los géneros y especies de rinogrados. Nasoperforator bouffoni, la especie recientemente descubierta, es la segunda contando desde arriba. Lámina XIX (obra de Delphine Zigoni) de la edición de Dunod, 2012.

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